Salud Mental

El porqué de las cosas

Todavía preguntas porqué se celebra el 8M,todavia ves innecesario las reivindicación, el activismo, las manifestaciones, las banderas, los pañuelos y las tetas al aire. Todavía dudas, pero si se hablará más en los libros, de la historia, la verdadera, no la contada desde un púlpito bajo el autoritarismo y la verdad absoluta que ha concedido el patriarcado, si la hubieras vivido, lo comprenderás, pero no te preocupes, te lo vamos a explicar.

Lo hacemos porqué nos lo debemos a nosotras mismas, por estar tantos siglos calladas, mejor dicho, silenciada, se lo debemos a todas esas mujeres que han estado luchando, siglo tras siglo, por ser iguales a ti, hombre, sólo iguales, con tus derechos y tus deberes, con libertad de pensamiento y acción. Ser, estar presente, y nunca detrás de nadie.

Antes de nosotras estuvieron otras,con menos conocimientos, medios, ayuda, y más miedo, muchísimo miedo. Ese miedo se convirtió en coraje, porque el valiente deja de ser valiente cuando el cobarde ha querido.

Y cómo se nos ha educado con fábulas, porque la realidad no interesaba, aquí os traigo una, para que, al igual que cuando no se nos permitía leer, veas la historia, pero esta vez de la mano de una mujer.  

    Mi nombre es Helena, tengo 17 años y he viajado desde un pueblo de Texas huyendo de la pobreza y la miseria. Mi amiga Mary estaba trabajando en Nueva York y allí me fui, compartía habitación con 4 trabajadoras más de la fábrica textil Cotton, donde teñiamos y preparabamos el producto, que después exportaban. Horas, más horas, y poco descanso. Con nosotros había también hombres, pero sus condiciones eran distintas. Silencio, sólo se oía el ruido de la maquinaria y el olor de productos químicos. Silencio dentro, voces fuera de ese oscuro y mal ventilado sótano.

  Las mujeres habían tomado las calles, pedían derechos, salarios justos, derecho de voto, a una educación, a ser dueñas de su identidad.

   Abajo nos asomamos a la ventana y sólo veíamos pies corriendo, pancartas en el suelo. Le pregunté a Mary qué pasaba, y me contestó :lo que debía haber pasado hace tiempo y se subió a una mesa e invitó a las compañeras a unirse a la huelga.

   Inocente de mi, mi ignorancia era superior al miedo, fui dónde fueron el resto. A la calle, nos separaba una puerta. UNA PUERTA QUE HABÍA SIDO CERRADA DESDE FUERA. Tenían más miedo de nosotras los que estaban fuera, que nosotras mismas.

  Es verdad que solo hace falta una cerilla, ese 8 de Marzo de 1908 murieron 129 mujeres asfixiada o quemadas, encerradas a, de nuevo, a callados sus gritos.

  Yo fui una de ellas y Mary y tantas,,, morir es ser olvidadas por la historia. Por ello, nunca hemos muerto del todo, ahí estáis vosotras para seguir contando nuestra historia, desde la verdad, no la fábula. La verdad da miedo, pero más miedo da la ignorancia.

  Si me preguntáis por qué el color violeta…. Ese día estábamos tiñiendo telas de ese color y por las chimeneas de la fábrica el humo se tiñó. Llevemoslo con orgullo.

     Como veis es otro cuento, pero éste es real, puede que no mi nombre, ni mi procedencia,,, qué más da, hemos sido tan ignoradas por la historia que tenemos el derecho contarla como nos de la gana.

       Dame la perseverancia de un rompeolas, atacame, superame, rompeme, que el que retrocede siempre eres tú. YO ME MANTENDRÉ FIRME.

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